Todos los años la madre de Nacho le escribe una carta para felicitarle por su cumpleaños, aquí va la de su noveno:

«Cada año pasa más rápido, es como si el tiempo a medida que vas haciéndote mayor pase más deprisa, o quizá que la vida contigo es intensa y se pasa en un suspiro. En cualquier caso aquí estoy, otra vez escribiendo como cada año para felicitarte por tu cumpleaños. Nueve años ya que llegaste a nuestras vidas, nueve años en los que nos has robado el corazón, nueve años de alegría, de lucha, de aprendizaje, de momentos complicados y de amor puro e incondicional.

Nachete, mi vida, hoy quiero decirte que cada año que pasa me siento más y más orgullosa de ti, eres el motor que mueve mi vida. Ya no nos hacen falta las palabras, esas que te cuestan tanto pero que cada vez usas más y mejor, solo con mirarnos nos entendemos, aunque nos obligamos a construir palabras y jugamos con ellas, y ellas nos trasportan a otros lugares cuando leemos un cuento.

Este ha sido un año de profundos cambios, en el colegio profesores nuevos que han entendido que tu manera de procesar la información no es ni mejor ni peor, simplemente diferente y que tu inteligencia y tus conocimientos hay que cuantificarlos de otra forma, que eres capaz de aprender todo lo que te propones, simplemente hay que mostrártelo de una manera más atractiva y sin perderse en los detalles, esos que pueden llegar a despistarte. Gracias Nuria y Jesús, con gente como vosotros la inclusión es posible, solo hay que tener ganas y currárselo un poquito.

Otro cambio importante es la verbalización constante, las frases cada vez mejor construidas, aunque hay veces que te tengamos que ayudar comenzándola nosotros. Que parrafadas te pegas con los abuelos por teléfono, que orgullosos están de ti, mi niño, su nieto pequeño. La complicidad que tienes con papá,  lo que discutís a veces, pero lo bien que lo pasáis, nadando en la piscina, caminando por los pinares, jugando a cosquillas…

Que obediente eres, cada vez aceptas mejor los cambios, las rabietas son cada vez menores, aunque aún muy intensas. No me cabe duda de que poco a poco también avanzaras en esto, como lo haces en todo, con paso firme, sin pausa, pero sin prisa. Como eres capaz de ir al cuarto de baño con total normalidad…con el miedo que te daba hace un año.

Como ves cariño, cada año creces en todos los niveles, eres un chico alto y guapo (que voy a decir yo que soy tu madre, aunque es la pura y objetiva verdad), tienes un interior rico, muy rico, eres cariñoso, encantador, educado y muy intenso en la manifestación de tus emociones, para bien y para mal. Eres como eres y evolucionas a tu ritmo y vives la vida como más te gusta y tienes tus momentos malos, como los tengo yo, como los tenemos todos.

Este año ha sido de cambios de evolución y creo que el siguiente será mejor, vas a poder hacer en tu vida lo que quieras, tienes tesón de sobra. Vivirás sin duda diferente al resto y eso no es ni bueno ni malo, te darás cuenta con los años que no siempre hay que encajar en los sitios, ni con la gente, te encontraras con gente que te entienda desde el principio, otros lo intentarán y al resto simplemente les apartarás de tu camino, eso hacemos ni más ni menos todos en nuestro camino diario, y serás feliz, mucho, como lo eres ahora.

Yo solo puedo decir que cuando el autismo llamo a nuestra puerta le recibimos e intentamos combatirle, con el tiempo hemos aprendido a vivir con él y ese equilibrio nos ha llevado a avanzar, a vivir de una manera intensa en todos los momentos, los buenos y los menos buenos. Ya no luchamos, convivimos desde hace años, aceptamos y aprendemos y tú nos has enseñado a ello. No concibo mi vida sin ti, y cuando digo sin ti, me refiero a todo tú, Nacho, sin TEA, no sería Nacho, no lo olvides cariño: “Tu eres alucinante”.

Hoy, recordando el día de tu nacimiento, ese parto doloroso y el camino recorrido, sólo puedo decirte que te quiero con toda mi alma, que no te cambiaría por nada, que no pierdas esa sonrisa, que sigas siendo tú.

Feliz cumpleaños, mi vida.

Te quiere

Mamá»